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@fmoralesc
Created July 11, 2014 20:25
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juana molina y las influencias - draft
% Juana Molina y las influencias
% Felipe Morales
¿Qué significa que un artista tenga una influencia? ¿Qué significa que un
artista reconozca una influencia? ¿Qué significa que un artista *no* reconozca
una influencia?
Juana Molina ha dicho, tratando de explicar su éxito fuera de Argentina, que lo
que hace "no se parece a nada"[^1], y esta expresión se ha repetido bastante en
los medios, y en la opinión de los fans. Sin embargo, uno puede apreciar en su
música cierta similaridad con artistas como Eduardo Mateo o Leo Masliah, y en
algunos de estos casos (con Mateo, por ejemplo) ella misma acepta esta
asociación.[^2] ¿Pueden hacerse compatibles estos juicios?
[^1]: http://www.diariouno.com.ar/edimpresa/2005/11/13/nota100686.html
[^2]: http://www.rollingstone.com.ar/827753
<http://www.diariouno.com.ar/edimpresa/2005/11/13/nota100686.html>
–¿Las buenas críticas internacionales te condicionan para tocar en Argentina?
–Al principio sí, cuando hubo tanto halago con Tres cosas y que yo era un
genio, la estrella recién caída del cielo (se ríe), me paralizó un poco. Pero
después me dio mucha seguridad. Me dio más confianza y más fuerza para seguir
haciendo las cosas sin dudar tanto.
–¿A qué atribuís tu éxito en el exterior?
–A la música. Yo creo que una de las virtudes, algo que no es ni bueno ni malo,
pero es una hecho, es que lo que hago, lo hago solamente yo, no se parece a
nada. Y eso es muy valioso a la hora de criticarlo. Eso fue lo que llamó la
atención. Ellos cuando me critican los discos ponen que tengo mucho de
sudamericano. Lo debo tener muy adentro porque no me doy cuenta.
–¿Qué música escuchás?
–Muy poco. Hace un tiempo me gustó Regina Spektor que es una pianista y
cantante rusa pero recontranorteamericanizada y me gustó mucho hasta hace un
tiempo Animal Colective. A mí me gusta si me gusta mucho, sino no me interesa.
Son cosas que oís varias veces, se te forma el molde adentro y después las
escuchás seis meses.
<http://www.jornada.unam.mx/2008/11/21/index.php?section=espectaculos&article=a10n1esp>
Respecto del estado onírico que provoca su música y la sensación de que va en
contraflujo del ritmo frenético, dijo en entrevista telefónica desde Buenos
Aires: “No es voluntario, me sale sin pensar”. Curiosamente, ella misma entra
en estados parecidos cuando graba sola (voz, guitarra, teclado y computadora).
Con el disco Segundo “estaba tan metida, compenetrada con lo que hacía, que
había veces que me quedaba medio dormida y hacía las cosas medio soñando; era
muy raro el estado, pero no podía dejar de grabar. Había cosas que oía al día
siguiente y decía:‘¿y esto de dónde salió?, ¿cuándo lo hice?’ Era un estado de
inconsciencia total. Lo hace único en el sentido de que sólo yo puedo estar en
mi cabeza”.
Después, a la hora de editar, aparecen “los censores”, como los llama Molina:
“Se amilana un poco; hace 10 años no me atrevía a hacer cosas y ahora me
arrepiento, porque después algunos músicos incursionaron en ese camino”.
Menciona el caso de Misterio uruguayo, que tenía “voces que me parecían
demasiado extrañas”; terminaron quedando “en un plano muy lejano, y si ahora
hubiera mezclado el disco, estarían más presentes”.
La artista fue cobrando seguridad, se fue afianzando: “Me doy cuenta de que
cuanto más uno es uno mismo, mejor te va, aunque eso no signifique estadios ni
teatros enormes”.
Con los años se dio cuenta de que “mientras más hago lo que siento, es cuando
la gente disfruta más; como que hay una comunicación más verdadera cuando uno
realmente entrega lo que tiene sin tratar de... sin especular, sin anticiparse
a lo que los demás van a pensar, ni poner filtros entre lo que uno es y lo que
debería ser”.
En escenario, claro, no puede representar ese estado anímico, por tanto toma lo
esencial de cada canción y la recrea, “de manera que es reconocible, pero se
interpreta de otra manera, porque los discos son únicos”.
Algunas canciones, siguió, “fueron mutando, y de golpe encontraron forma final.
Sálvese quien pueda, que siempre toco, no la puedo mover de la forma que tomó,
pero tardó tres años de shows en vivo tomar esa forma, como si hubiera nacido,
desarrollado y cristalizado”.
Otras piezas “todavía están en vías de desarrollo, y otras ya nacieron con su
versión final, pero de ésas no toco ninguna”.
La influencia musical primordial de Juana Molina le llegó en casa: “Mis padres
escuchaban mucha música, ponían discos día y noche, muy variados, de todos los
géneros; eran casi melómanos. Toda esa música me nutrió sin saber bien qué
despertó en mí cada una de esas cosas. Hay músicas que influyen más que otras;
me hace suponer que uno tiene receptores que enganchan con lo que llega de
afuera”.
Descubrió, por ejemplo, que le interesaba mucho la música que era llevada por
un pedal (drum, en inglés), música que sobre una nota se pueden cantar
infinitas canciones. “No me gusta la música llena de acordes, como el jazz
moderno, que ellos (padres) escuchaban mucho; a mí más bien me torturaba.
“Me gusta la complicación rítmica siempre y cuando no sea complicación sólo por
serlo, sino porque es entreverado. Las polirritmias siempre me han atraído
mucho sin saber bien por qué. Un periodista me hablaba de las polirritmias del
disco (más reciente, Un día). No sabía de qué me hablaba porque no es que haga
nada a propósito (no tengo para una idea de lo que voy a hacer), son los ritmos
que me salen y nunca me había dado cuenta que eso formaba polirritmias.”
<http://www.montevideo.com.uy/ucmovil_164944_1.html>
¿Cómo sos como oyente de música? ¿Buscás música nueva? ¿Estás escuchando
siempre cosas nuevas?
No, soy medio bestia. Por suerte tengo un par de amigos que cuando los veo me
ponen música nueva, cosas que en general me gustan. Después las cosas que
descubro son por casualidad, no sé buscar, no tengo la información necesaria
para encontrar, entro a una disquería y me vuelvo loca. Me voy topando con
cosas, con algunas me entusiasmo y las escucho un mes, dos meses y después
nunca más. Porque no escucho mucha música, cuando no estoy tocando prefiero
escuchar los pajaritos.
¿Qué sentís cuando te catalogan como "indie", "under"? ¿Te molesta, no te
interesa, te sentís identificada?
Me parece que es más una necesidad de los periodistas o los críticos que
necesitan poder encasillarte para describirte. Cuando se topan con algo que es
difícil de encasillar... lo digo con orgullo, porque es simplemente distinto,
creo que no hay muchas cosas parecidas a lo que hago. Quizá generé una
corriente, no sé, muchas veces me sorprendo de ver que mucha gente me cita como
influencia, y es buenísimo. En Japón tuve una alegría enorme porque justamente,
como no sabían dónde ponerme, en Power Records que es un edificio de ocho pisos
estaba en todos, porque estaba en ocho rubros distintos: rock, alternativa,
electrónica, música latina, avant garde. Me pareció buenísimo porque en todos
los rubros tenía algo que ver, pero no era exactamente eso.
<http://www.whatsupbuenosaires.com/entrevista/JUANA_MOLINA_-_MUSICA>
Hablando de afuera, quienes son tus influencias y/o favoritos
internacionalmente? Que musica esta en tu ipod/estereo ahora?
Las influencias son la música que escuché de chica, la que escuchaban mis
padres, la que escuchaba sin querer. La música que me gusta no necesariamente
es una influencia. Me gusta mucho regina spektor.
Como perteneces o cabes en la tradición argentina de música?
Hasta ahora no había un lugar para mi. pero de a poco, con un largo camino
recorrido, desconocido para el público, voy teniendo mi lugar. Un lugar que no
existía. No reemplacé a nadie. Llegué y me acomodé en un espacio propio que de
a poco va creciendo.
<http://www.rollingstone.com.ar/827753>
¿Con quién charlás de música?
Con pocos amigos. Con Alejandro [Franov] tenemos un lenguaje en común que
desarrollamos a lo largo de los años. Aplicamos el lenguaje musical para
cualquier situación cotidiana. También me gusta conversar con Axel Krygier, con
Martín Ianaconne, con Daniel Almada, y con Ezequiel Borra.
¿Por qué invitaste a grabar al uruguayo Martín Ibarburu?
Porque para mí es el mejor baterista del mundo. Es un animal, muy musical y con
un swing que muy pocos tienen. Y, para mí, el swing es fundamental. A [Eduardo]
Mateo no se lo puede considerar un buen cantante, pero tiene una intención en
la nota y una musicalidad increíbles, aunque esté desafinado.
¿A Mateo lo tenés incorporado desde chica o lo redescubriste en algún momento?
Nunca lo redescubrí. Antes de Mateo solo bien se lame, en casa teníamos
Musicasión 4 y 1/2. De ahí, me gustaban las canciones de El Kinto: "Suena
blanca espuma", "Pippo", "Hombre"… Y también había discos de Totem, el grupo de
Rubén Rada. O sea que yo con la música uruguaya tenía una conexión muy fuerte y
muy verdadera desde chica.
No parece casual que uno de los pocos músicos invitados en el disco sea uruguayo…
De mi familia, yo fui la única que se mimetizó con la música uruguaya. Siempre
sentí que el ritmo que tienen los uruguayos tiene mucho swing y a la vez es…
tan oscuro. Es una cosa opaca y, al mismo tiempo, más poderosa e intensa.
Aunque no bailes, hay algo que hace que te dejes llevar por la música. Es algo
que no lo puedo contar, pero sí lo puedo sentir. No sé cómo apareció Mateo solo
bien se lame en mi casa, me imagino que papá lo puso para mostrarnos…
¿Se transformó en una influencia?
Yo tengo la teoría de que las influencias son despertadores de cosas que uno
tiene dentro. Porque, si no, toda la gente que escuchó la misma música haría lo
mismo. Y no es así. Son cosas que te resuenan a vos, que tal vez las tenías
dormidas, pero que las tenés. Pero mis influencias están, principalmente, entre
la música hindú y la música uruguaya… Y no necesito conocer mucha música hindú.
Una canción representativa involucra todo un universo.
¿Cómo te contactaste con ese universo?
Cuando tenía 12 años, en Barcelona, fuimos a la casa de un tipo al que le
decíamos "el hippie maleducado", porque se tiraba pedos, y otras
asquerosidades…[risas]. Era un asco. Pero eran muy hippies: comían comida
macrobiótica, se vestían con ese estilo y escuchaban música hindú. Y a pesar de
todos los rechazos que me había provocado ese hombre, no podía irme de esa
casa, porque no podía dejar de escuchar esa música.
¿Algún otro recuerdo musical de la infancia?
Me acuerdo de la "música" del ascensor de mi abuela. A mí me encantaba bajar y
subir por ese ascensor, porque cada vez que cerraba la puerta y tocaba PB o 9,
era un viaje. El recorrido era bastante lento y yo cantaba arriba del ruido
tremendo del motor. Era una nota larguísima, como un rom hindú. Ojo, no era
consciente de eso en aquel momento. Pero ahora, con tanto periodista que me
pregunta, estoy analizando mis raíces musicales.
<http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-512-2002-12-12.html>
La angustia de las influencias
Si pretendiéramos avanzar con la hipótesis que nos sugiere que Juana música es
el negativo de Juana actriz, habría que apuntar que, así como sus personajes se
basaban en la observación y en la imitación, su música no se parece a nada
reconocible. Es cierto que el cantautor uruguayo Eduardo Mateo es una
influencia que se cita regularmente, pero, en sus discos, está lejos de
copiarlo. Dentro de la música argentina, acaso el álbum más cercano a los
últimos discos de Juana sea Kamikaze, el unplugged avant la letre de Luis
Alberto Spinetta. Juana dice que nunca escuchó este disco y, una vez más, las
similitudes son muy menores. “Me autocastro constantemente. Una vez me pasó que
hice una melodía y me parecía que era igual a otra cosa y la dejé. Años
después, encontré en un cassette esa canción, que era mía: algo que había hecho
y que había olvidado por completo. Por eso cuando me volvió a salir me sonaba
conocida. Después nunca la retomé, quedó injustamente relegada. Me gustan mucho
los músicos que no se parecen a otra cosa, que tienen algo que no conozco. Pero
últimamente no me pasa mucho de encontrar discos que me lleven a pasear,
capaces de crear un paisaje sonoro distinto. Nick Drake es de los pocos que
siempre tiene ese efecto en mí. El solo te va llevando con algo muy simple por
un camino muy profundo, y colorido y variado, hipnótico y todas esas cosas que
pasan con Nick Drake.”
Es una influencia que no se señala seguido en tu música. ¿Cómo lo descubriste?
–Petra Hagen, la violinista que conocí en Los Angeles y que toca en mi disco,
me regaló Five Leaves Left. Me enamoré perdidamente, ¡aparte con esa cara!
Pensé que era un amigo de ella y le dije: “¡Presentámelo ya!”. Y ella me
explicó: “No, Nick Drake se murió como en el ‘70...”. Me quedé extasiada y
shockeada porque no podía creer que eso ya hubiera terminado. Y me llamó mucho
la atención la similitud, salvando las distancias de calidad técnica y quizás
interpretativa, pero no musical, con Eduardo Mateo. Hay un tema que se llama
“Cello Song” que bien podría ser una canción de Mateo. Es curioso, porque Mateo
solo bien se lame y Five Leaves Left son del mismo año: como hay algo de lo que
uno se cuelga que existe, que está en el ambiente. Es imposible que se hayan
conocido. Y sin embargo, la percusión, el sonido, la composición, la forma en
que está concebido el tema es igual. En un momento traté de contactar al
arreglador de “River Man”, que no es el mismo del resto del disco. Me gusta
particularmente ese arreglo de cuerdas. Lo busqué por Internet pero nunca di
con él.
<http://www.nytimes.com/2006/10/10/arts/music/10juan.html?pagewanted=all&_r=0>
When the military seized power in a coup here in 1976, the Molina family went
into exile, ending up in Paris. Ms. Molina spent her adolescence there “trying
to be just like everyone else” she said, and listening to everything from Ravel
and Debussy to Weather Report and King Crimson.
<http://archivo.losandes.com.ar/notas/2005/11/13/estilo-174070.asp>
-Algunos dicen que sos pop, otros experimental, ¿cómo te ubicarías musicalmente?
-No estoy en ningún segmento musical y eso es algo que me enorgullece mucho. Te
doy un ejemplo: en Japón, en las disquerías mi cd está como en seis o siete
bateas. Aparezco en pop, rock, avant garde, electrónica, experimental,
cantante... Los tipos no saben en qué estilo ponerme, y eso me favorece porque
mis discos están en todos lados y la gente me encuentra. Lo mío es
inclasificable porque cada individuo es inclasificable. No hago géneros
conocidos, sino una mezcla de lo que escuché y soy pero ninguna de ellas tiene
más fuerza que otras. Creo más firmemente cada día que soy inclasificable.
-¿En qué influyó tu papá -el músico Horacio Molina- en tu música?
-En que es músico y me enseñó a tocar la guitarra desde muy chica pero su
estilo no se me pegó para nada. En mi casa siempre se escuchó mucha música. Mi
madre es una enferma de la música pero a mí eso me agota. No soy de escuchar
muchos discos. Poco y bueno.
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