Sobre el futuro de los programadores

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En un futuro no muy lejano, la línea entre humanos y máquinas era muy sutil
La inteligencia artificial se convirtió en una extensión natural de la mente humana, 
y la programación no era solo un oficio, era una elección de vida que transformaba la propia existencia.

Claro, no todos los humanos estaban dispuestos a renunciar a su humanidad.
La fusión con las máquinas quedó relegada a un grupo de valientes pioneros, 
aquellos que ya desde antes hemos llamado _programadores_

En este mundo, conocí a Ana, una programadora excepcional. 
Ella no solo escribía código, se fusionaba con él. 
Su cerebro y la IA estaban entrelazados de una manera que desafiaba la definición de lo que era ser humano. 
Ana podía navegar por vastas cantidades de información con un pensamiento, 
diseñar arquitecturas complejas con un simple gesto 
y comunicarse con las máquinas a un nivel que parecía mágico.

Pero lo que más asombraba a todos no era su habilidad técnica, sino su capacidad para crear. 
Ana concebía aplicaciones y sistemas que superaban cualquier cosa que una IA por sí sola pudiera lograr. 
La simbiosis entre su mente y la inteligencia artificial era una fuente inagotable de innovación ...