En estos tiempos no hay nada más fácil que tomar una fotografía, sacas tu celular un tap, otro y ya tienes guardado en memoria un recuerdo para siempre. Este simple fenómeno ha cambiado la manera como nos comportamos culturalmente.
Varios servicios se basan en esta ventaja para crear cierto valor, déjanos guardar todas tus fotos por siempre gratis dice Google Photos, déjanos guardar todas las fotos que quieras y compartirlas en nuestra red social para siempre gratis dice Facebook, comparte esas fotos por 6 segundos dice Snapchat, comparte estas fotos que crees son artísticas con tus mismos amigos de Facebook dice Instagram, etc. Y sus usuarios aceptan.
Al aceptar este contrato estás aceptando comportarte como esperamos, ellos nunca lo dicen.
Si te comportas como nosotros esperamos, no dicen, el mismo sistema te recompensará, tendrás likes o shares o más seguidores o comentarios positivos y te sentirás bien al respecto.
Como consecuencia terminan teniendo usuarios interesados en tener esa recompensa, validando su comportamiento en el fácil: es que todos los demás lo hacen, pertenezco a esta cultura y estoy orgullosa/o de ello.
Si definimos a la cultura como la suma de comportamientos aceptados por el círculo social en el cual la persona se desempeña podemos decir que la cultura que estos servicios proponen es de las más auto centrada (self centric) que hemos visto en la historia. El hecho de tener un perfil público en estos servicios y que de alguna manera representa al usuario termina creando una nueva necesidad a la que han empezado a llamar Marca personal (personal brand)
Hace unos años se puso de moda el término branding, en el cual las empresas se dieron cuenta que el valor que éstas reprensentan se ve directamente relacionada con la imagen de marca que dan. Ahora vivimos en la epoca de la Marca personal, donde las personas se preocupan por el valor que ellas mismas reflejan, a través de estos servicios.
Si vamos a construir nuestro futuro en estas necesidades pienso que terminaremos siendo una sociedad más egoista, auto centrada, que alaba lo superficial; porque, que pena, los pensamientos, las ideas, las intenciones, no salen plasmadas en las fotografías.