Existe un descontento general que se resiente en todo el mundo contra nuestros sistemas financieros y políticos que derivan de las desigualdades que vive una creciente clase marginada de las riquezas y nuestros gobiernos que se ven incapaces de resolver la espiral de depreciación en nuestra calidad de vida a nivel mundial, mientras presenciamos como aumentan los conflictos, crece la pobreza y desigualdad, se denigran nuestras sociedades, fracasan nuestras economías y se destruye nuestro planeta.
Los chalecos amarillos en París, Occupy Wall Street, la “Primavera Árabe”, Brexit y demás demostraciones públicas que se han visto alrededor del mundo últimamente, derivan de una tormenta que se ha estado viniendo desde hace ya algún tiempo a causa de todas estas discordancias contra las que es necesario que hagamos frente…
Para esto, hay que hacer un análisis histórico de cómo hemos llegado hasta aquí: A raíz de la devastación económica mundial que causaron la Primera y Segunda guerras mundiales, el sistema monetario internacional se vio forzado a confiar en los Estados Unidos para controlar el sistema bancario y monetario de todo el mundo. Al empezar la Primera guerra, todas las divisas del mundo funcionaban bajo el Patrón Oro, que es un sistema que fija el valor de la unidad monetaria en términos de una determinada cantidad de oro. El emisor de la divisa garantiza que pueda dar al poseedor de sus billetes la cantidad de oro consignada en ellos. Históricamente, la vigencia del patrón oro imperó durante el siglo XIX como base del sistema financiero internacional. Esto terminó a raíz de dicha guerra, puesto que los gobiernos beligerantes necesitaron imprimir grandes cantidades de moneda fiduciaria para financiar el esfuerzo bélico sin tener la capacidad de respaldar ese dinero en metal precioso, que eventualmente terminó en manos de EUA a tal punto que 2/3 del oro mundial estaba en la Reserva Federal (el banco central de ese país).
El mundo ha sido víctima de espejismos y manipulaciones de fuerzas obscuras con lo que se refiere al recuento y memoria de la historia. que han escondido sus propios intereses de control y poder. La Primera Guerra Mundial no era una contienda geopolítica entre alianzas de naciones, o la Triple Entente contra la Triple Alianza, o un accidente causado por el asesinato del archiduque perpetrado por un “anarquista” que derivó en un efecto dominó sobre toda Europa, como se nos hace creer deliberadamente… Esta, al igual que todas las luchas de poder y conflictos bélicos desde que Europa ha luchado por su expansión de dominio por el mundo, han compartido un solo triunfador, causante y sobretodo, facilitador: La organización bancaria internacional para el control del dinero. Operan en conciertos de intereses privados para crear y administrar el dinero mientras que las naciones/estado no han sido más que subsidiarios de su control. Han subyugado al mundo a vivir en un constante estado de guerra del que lucran mientras lo dividen para conquistarlo en su totalidad. Tuvieron sus orígenes desde tiempos medievales en casas bancarias de Florencia, Venecia y Génova y crecieron al financiar las cruzadas de principios del siglo 12. Crecieron por todo el Santo Imperio Romano y han sido la siniestra mano detrás de la sangrienta historia europea y eventual exportación de todos los males del continente por el resto del mundo. Con el surgimiento del imperio británico se trasladó la casa matriz de operaciones a la capital y desde allí ha administrado su poder hasta hoy como la City de Londres, (en su centro las casas Rothschild y Baring) no para el beneficio de la ciudadanía británica, sino para su consorcio internacional de control de naciones.
Desde que surgió el concepto republicano de la autodeterminación de los pueblos, librada de los viejos paradigmas feudales y monárquicos del Viejo Continente y plasmada en la Constitución de los Estados Unidos de América, la banca de Londres ha luchado contra los ideales de libertad de las naciones, su pérdida de la hegemonía comercial mundial y el surgimiento de otros centros de poder. Han logrado una paulatina erosión de los principios ideológicos detrás de la declaración de Independencia de Estados Unidos que defienden el derecho inalienable de todos los hombres a la vida, libertad y búsqueda de la felicidad. Hoy en día, el pueblo de EUA ni se percata que su independencia del Reino Unido, no es más que una ilusión. La constitución estadounidense define claramente que la república funcionaría bajo un sistema de crédito y lo que hoy en día está en su lugar, que es un sistema de deudas al que cada ciudadano estadounidense debe pagar una deuda interminable, ha convertido a su país (al igual que prácticamente todos los demás en el mundo) en una víctima de un sistema monetario internacional controlado por ésta cúpula en Londres. El sablazo de la muerte de la autonomía de EUA como nación ocurrió con la creación de la Reserva Federal en 1913, en una tramposa maniobra encubierta por el presidente Woodrow Wilson, quien hasta su lecho de muerte lamentó la traición que le hizo a su país. Estados Unidos como nación y ejército no hace más que trabajar en función de los intereses del complejo bancario, que funciona como un fantasma que mueve las piezas del tablero mundial de ajedrez de la historia de la humanidad. La genialidad del sindicato bancario está en causar las intrigas políticas, conflictos y luchas de poder que son el causante de todas las guerras que son su máquina de poder y lucro, mientras la humanidad en general ni sospecha de éstas fuerzas que se esconden detrás.
Cuando Alemania emuló el modelo de crecimiento implementado por Estados Unidos al finalizar la Guerra Civil (que tuvo la injerencia del City de Londres en favor de los Confederados) basado en el proteccionismo y sistema crediticio para impulsar la innovación y desarrollo industrial, el Reino Unido empezó a maquinar la destrucción del centro de Europa para no perder el desvaneciente dominio de su imperio. Ya habiendo logrado un extraordinario crecimiento industrial y desarrollo económico, Alemania pretendía colaborar con varios países en la construcción de una vía férrea que uniría a Berlín con los Balcanes y el Imperio Otomano a los recursos naturales del Medio Oriente y de allí con Moscú hacia el Trans-Siberiano hasta el Lejano Oriente y los puertos chinos del Pacífico. Esto hubiera significado el fin de la hegemonía comercial del imperio británico que dominaba los océanos y puso en marcha una secuencia de eventos que desembocarían en la Primera Guerra Mundial: Primero, el rey británico Eduardo VII manipuló a su inseguro e inepto sobrino Wilhelm II, Káiser del Imperio Alemán para destituir al Canciller Otto von Bismark, uno de los estadistas más hábiles de la historia y unificador de Alemania, para hacerlo perder su acercamiento con Rusia y arrinconarlo a su alianza con el Imperio Austro-Húngaro. Segundo, se le convenció con financiamiento y armamento a Japón de llevar a cabo guerras desestabilizadoras con Rusia y China para distraer su atención del proyecto ferroviario. Por último, se organizaron algunos asesinatos que tienen todos en común el haber sido ejecutados por un solitario loco anarquista: el presidente de Francia François Carnot (quien tenía gran popularidad y políticas contrarias a los intereses de la banca de Londres); el presidente estadounidense William McKinley (quien continuaba las políticas proteccionistas de Lincoln y fue sustituido por Theodore Roosevelt, quien tenía favoritismo por Londres); y el Archiduque del Imperio Austro-Húngaro Franz Ferdinand (justamente en los Balcanes y forzando a Alemania a declarar la guerra por su alianza y detonar así la Gran Guerra)... Cuando todo termina, el Reino Unido queda ante los ojos del mundo como una parte inocente, sus enemigos quedan destruidos, se generan grandes ganancias para Londres, sus detractores son convenientemente asesinados y la guerra sigue siendo un negocio. Con la ayuda de los medios de información controlados por la City de Londres, actos como este se repetirían en las siguientes décadas para beneficio de los intereses bélicos de los sistemas financistas como los asesinatos de los Kennedy, Lee Oswald, Martin Luther King, Alfred Herrhausen del Deutsche Bank y un incontable número de otras personalidades más, al igual que eventos como el del Golfo de Tonkín, el hundimiento del Lusitania, la caída de las torres como eventos que sospechosamente detonan conflictos.
Por esta razón, hacia el final de la Segunda Guerra se llegó a los Acuerdos de Bretton Woods (que fueron negociados por Franklin D. Roosevelt para seguir el modelo de Lincoln a nivel mundial, pero tergiversados en su ejecución por Harry Truman), para adoptar el dólar estadounidense como divisa internacional, bajo la condición de que la Reserva Federal sostuviera el patrón oro. Casi todas las divisas mundiales eran respaldadas por el dólar y el dólar por oro. Esto, sumado al hecho de que el comercio mundial del petróleo también se acordó efectuar en esa misma divisa creando así los petrodólares, forzó a que todos los bancos centrales del mundo tuvieran que tener una reserva de dólares en su posesión. Pero a causa de las guerras de Corea y Viet Nam, el programa espacial y gastos en programas sociales, EUA empezó a emitir dólares sin respaldo real de valor. A raíz de esto, en 1968 el Presidente francés Charles de Gaulle convocó a una reunión entre líderes europeos para expresarles su inquietud de que los dólares en circulación ya sobrepasaban la cantidad de oro en Fort Knox, entonces éstos países empezaron a exigir a EUA la devolución de su oro a cambio de los dólares entregados a éstos por el Plan Marshall y por intercambio comercial entre sí. Para evadir una catástrofe financiera a escala mundial, en 1971 el Presidente Richard Nixon abiertamente anunció que la moneda estadounidense ya no sería intercambiable por oro, por lo que el dólar se convirtió de facto en una moneda fiduciaria respaldada por una imposición gubernamental estadounidense y sin valor intrínseco, pero con un valor legal propio.
Esa es la situación… Desde ese año, Estados Unidos simplemente ha hecho crecer su deuda y para cubrirla se ha dedicado a imprimir billetes libremente y sin ningún valor real ni respaldo de reserva y todos los sistemas monetarios alrededor del planeta lo hemos aceptado ciegamente. Y eso, explica todo lo siguiente:
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La globalización que ha sido la general aceptación (o más bien, imposición del sistema de mercado libre impulsado por la City de Londres para centralizar el poder y expandir su control monetario) de todas las empresas, productos, ideas políticas, estructuras sociales, jurídicas, culturales y entretenimiento, provenientes principalmente de los Estados Unidos. Esto ha causado el envenenamiento de nuestras sociedades que viven encerradas en el consumismo y sistemas de deudas eternas. La destrucción de las pequeñas empresas que son incapaces de competir con esas mega corporaciones internacionales que han arruinado la competencia comercial y sus economías. La obesidad y mala salud que se percibe en las poblaciones, acostumbradas a los malos hábitos de alimentación por la comida rápida, comida chatarra, alimentos procesados y genéticamente manipulados. Descontento por tener que vivir en estructuras laborales corporativas donde se tiene que vivir a un ritmo acelerado y solo se considera el dinero y la adquisición material como metas principales de vida. El retroceso intelectual de las nuevas generaciones que solo se alimentan de chatarra televisiva, películas hollywoodienses vacías de contenido y pérdida de valores. Se promueve la percepción de escasez que siembra en nuestras sociedades ideas de lucha y pelea entre todos por acaparar, consumir y poseer mucho más de lo que necesitamos. El capitalismo desenfrenado solo propone el clasismo, la avaricia, la explotación, la corrupción y creciente brecha entre ricos y pobres como residuos y daños colaterales de su existencia. Estados Unidos tiene la más amplia desigualdad de riqueza entre todos los países desarrollados del mundo.
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Los sistemas financieros capitalistas han facilitado la desigualdad mundial a tal punto que el 1% de la población mas acaudalada del mundo posee mas riqueza que el 99% restante y posee el 82% del dinero mundial que se genera. Los 8 millonarios más grandes del mundo tienen una riqueza mayor a la mitad de la población mundial y el 50% de toda la población subsiste con menos de 2 dólares al día. Exacerbando el problema está Wall Street, donde el sistema financiero se desploma a causa de manipulaciones de mercado que resultan en crisis financieras que empujan a partes de la clase media a la pobreza, especulaciones y burbujas financieras que resultan en pérdidas de millones de empleos y estructuras corporativas que avalan una distribución injustamente desbalanceada entre los ingresos de algunos accionistas y la gran mayoría de empleados de las grandes empresas. La concentración monetaria del mundo va quedando en un número decreciente de poseedores. En respuesta a la crisis de la burbuja inmobiliaria del 2008, de la cual el mundo no se recuperará, la tesorería estadounidense inyectó 700 mil millones de dólares de dinero público para ser entregado a los ya adinerados causantes de la crisis para salvar a los bancos de la quiebra mientras millones de personas quedaron irremediablemente relegadas a la pobreza. La Reserva Federal de los Estados Unidos simplemente imprimió mas billetes para alivianar la crisis y lo ha vuelto a hacer en repetidas ocasiones desde entonces para mantener el fallido sistema a flote y aplazar el inminente desplome.
En este desenfrenado crecimiento corporativo capitalista, dentro de las 100 economías más grandes del mundo, solo 31 son países y 69 son corporaciones, de las cuales 55 están basadas en Estados Unidos. Este desbalance ha hecho que corporaciones lleguen al punto de controlar y administrar naciones enteras con sobornos e invasiones respaldadas por el ejército estadounidense, mientras contaminan impunemente el medio ambiente y actúan al margen de la ley. El propio Presidente de los Estados Unidos no es más que un títere de estas grandes corporaciones (y del conglomerado bancario que las respalda) que conducen políticas de gobierno, financian sus campañas electorales y exigen favoritismos especiales a cambio. El expresidente estadounidense Abraham Lincoln en confidencialidad expresó: “El poder del dinero acosa a las naciones en tiempos de paz y conspira contra él en tiempos de adversidad. Es más despótico que la monarquía, más insolente que la autocracia, y más egoísta que la burocracia".
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La Reserva Federal de los Estados Unidos es una entidad externa, autónoma y privada que imprime y efectúa un “préstamo” de los dólares con intereses a la Tesorería, que se los presta con más intereses al Gobierno estadounidense, quien a su vez emite un impuesto (llamado “Personal Income Tax”) a sus ciudadanos para pagárselos a la Reserva Federal, quien simplemente se los apodera sin beneficio para la nación en una estafa que ha estado ocurriendo desde el establecimiento de esta entidad en 1913. Esta creación de dólares hace que la economía estadounidense sea una economía de deudas, donde los bancos trasladan dicha deuda a la población y crean dólares ficticios por medio de cadenas de préstamos que crean más deudas pero en las cuentas bancarias dichos dólares se multiplican sin que los bancos necesariamente tengan esos fondos en existencia (esto se llama “Fractional Reserve Lending”, que significa que hacen préstamos sobre dinero depositado del cual solo una fracción está en existencia y debe ser retenida por los bancos). Solo 3% de los dólares en el sistema existen físicamente, el restante existe solo electrónicamente y en calidad de bonos, deudas y préstamos. Cada dólar en circulación acarrea un porcentaje de deuda que nunca podrá ser pagada e irremediablemente esclaviza por siempre a su población. Cada dólar debido a una tarjeta de crédito (que existen desde los años 50s) es un dólar creado en el momento de pago. Es una paradoja de sistema donde siempre hay una creciente deuda cada vez mayor a la cantidad de divisas que existen para pagarla. De hecho, es imposible pagarla. El expresidente de los Estados Unidos Andrew Jackson, famosamente expresó después de saldar la deuda nacional (siendo el único Presidente en haberlo logrado) y abolir la existencia del banco central al modelo europeo proveniente de Londres: “El descarado esfuerzo que el Banco Central actual había hecho para controlar el gobierno ... no es más que premoniciones del destino que aguarda al pueblo estadounidense en caso de que se le engañe para perpetuar esta institución o establecer otra similar. Soy uno de los que no creen que una deuda nacional sea una bendición nacional, sino más bien una maldición para una república; En la medida en que se calcula para levantar alrededor de la administración una aristocracia adinerada peligrosa para las libertades del país.” Los expresidentes Abraham Lincoln y John F. Kennedy coincidentalmente lucharon arduamente contra la existencia de un banco centralizado e independiente que controlara al gobierno de los Estados Unidos. En 1963 Kennedy firmó la Orden Ejecutiva 11110 como un esfuerzo de su administración para transferir el poder de la Reserva Federal al Departamento del Tesoro de los Estados Unidos al reemplazar los Bonos de la Reserva Federal con certificados de plata. Ese mismo año fue asesinado. Casi un siglo antes, el Congreso bajo la administración de Lincoln aprobó un proyecto de ley que autorizaba al gobierno a imprimir billetes (que se llamaban greenbacks) sacando al banco central y casa Rothchild de la emisión de los dólares nacionales y sin deberle intereses. Inmediatamente después de su asesinato en 1865, estos billetes salieron de circulación. Cuando se pasó esa ley en favor de los greenbacks, “The Times” de Londres imprimió la siguiente declaración: “Si esa política financiera maliciosa, que tuvo su origen en la República de América del Norte, debería convertirse en una alternativa, entonces el gobierno suministrará su propio dinero sin costo alguno. Pagará las deudas y no tendrá más deudas. Tendrá todo el dinero necesario para llevar a cabo su comercio. Se volverá próspera más allá de los precedentes en la historia de los gobiernos civilizados del mundo. Los cerebros y la riqueza de todos los países irán a América del Norte. Ese gobierno debe ser destruido o destruirá a toda monarquía en el mundo ". En una declaración al Congreso, Lincoln expuso: “Tengo dos grandes enemigos, el Ejército del Sur frente a mí y las instituciones financieras en la retaguardia. De los dos, el que está en mi retaguardia es mi mayor enemigo ". En la triste realidad, Estados Unidos ya estaba en camino de perder su libertad desde su propia creación.
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La impresión de dólares sin respaldo o valor real ha causado la devaluación constante de la divisa a través de los años, que de hecho ha ya perdido más del 96% de su valor adquisitivo en comparación a los dólares existentes antes del establecimiento de la Reserva Federal en 1913. La devaluación de la divisa no se ha notado a nivel mundial porque las demás divisas están también supuestamente respaldadas por el dólar. La fórmula para que se tenga la percepción de que la impresión constante de dólares no ha creado una devaluación proporcional (además de la retención de bonos) ha sido la válvula de escape que presentan las creadas guerras contra las drogas y contra el terrorismo que hace que millones de éste dinero sea considerado “sucio” y consecuentemente tenga que salir de circulación y fuera de los sistemas monetarios. Por esta razón, la DEA (Administración para el Control de las Drogas, por sus siglas en inglés) existe más que nada para guiar, alentar y (como el nombre lo dice) controlar el mercado de los narcóticos. Cuando EUA invadió Afganistán en 2001, los terrenos de plantación de amapola, que sirve para producir opio y heroína (90% de la producción mundial viene de Afganistán), ocupaban 800 hectáreas del país; para el final de la presidencia de Bush en el ´08, el número de hectáreas era de 157 mil y cuando Obama entregó el poder en enero del ´17, el terreno para dicha producción llegó a ser de 320 mil hectáreas. La producción de opio que EUA administraba cuando Trump tomó el poder es de 9 mil toneladas anuales. El Reino Unido detectó en el siglo 18 lo lucrativo que era la administración del opio a nivel mundial y simplemente Estados Unidos ha heredado el negocio. Esta falsa guerra contra las drogas (que ya todos hemos visto que no funciona) tiene el adicional propósito de justificar agendas paralelas como el establecer bases militares en otros países, “ayudar” a controlar fronteras, aeropuertos, sistemas bancarios y sistemas de correos de varios países, además de alentar su industria principal que es la venta de armas. La guerra contra el terrorismo le da carta blanca al establecimiento para espiar a todos los habitantes del planeta, ficharlos y justificar sanciones y políticas agresivas contra cualquier gobierno que no siga las disposiciones que impone el gobierno estadounidense.
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La industria de la guerra alimentada por la creación de billetes fiduciarios sin respaldo, ha sido el motor de la economía estadounidense. El presupuesto en armamento con que cuenta el Departamento de Defensa de los Estados Unidos (que para el 2019 anunció ser de 716 mil millones) es mayor que el presupuesto en conjunto de los siguientes 12 países con los mayores presupuestos militares en el mundo. El negocio empieza dentro de sus fronteras, donde el control para la compra de armas es nulo y tergiversadamente respaldado por su constitución. No le ha importado al establecimiento hacer algo al respecto de las numerosas matanzas en lugares públicos, escuelas y universidades que le han destruido la vida ya un incontable número de ciudadanos y niños para no parar esa máquina de dinero. La ganancia adicional de tener sus calles infestadas de armas, es que las poblaciones segregadas se auto-eliminen. El sistema carcelario también se ha privatizado y la desproporcionada criminalización de la población por asuntos relacionados a las drogas y armas también alimenta al dólar y se ha convertido en un negocio. La tasa de encarcelamiento de los Estados Unidos es por lejos la más alta en el mundo. Mientras la población total de EUA representa el 4.4% de la población mundial, el 22% de los prisioneros en el mundo se encuentran en el sistema carcelario estadounidense. El país que falsamente se proclama como defensor de la libertad, es el país donde menos libertad gozan sus ciudadanos. Se glorifica al soldado por estar dispuesto a morir en guerras creadas por Estados Unidos y se le alienta presentándole becas de estudios por servicio prestado. Esto le ofrece a la máquina de guerra con una interminable fuente de voluntarios dispuestos a seguir invadiendo al mundo en nombre de la supuesta defensa de la libertad (y el derecho de autodeterminación de los pueblos!), pero en realidad con la finalidad de apoderarse de los recursos naturales de países donde después se planta un gobierno títere y se subyuga a su población a una esclavitud moderna y encima se genera ganancia por “reconstruir” las destrozadas infraestructuras de estos países y se expande la cobertura de sus corporaciones de monopolio, quienes con la ayuda del Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional sumergen a países en la deuda, teniendo todos que eventualmente renunciar a sus industrias y empresas de servicios a precios de remate. Tramposamente, Estados Unidos aplica “sanciones” económicas a países no alineados con ellos congelándoles sus cuentas bancarias y apoderándose de sus reservas para generar aún más capital bélico. No se conocen las cifras exactas, pero el Pentágono declaró en 2013 que hay “alrededor” de un total de 5,000 bases militares estadounidenses en existencia, con “alrededor” de 600 de ellas en otros países alrededor del mundo. Martin Luther King observó: "el gobierno de Estados Unidos es el mayor proveedor de violencia en el mundo de hoy". Añadió: "Una nación que continúa año tras año gastando más dinero en defensa militar que en programas de elevación social se está acercando a la muerte espiritual. Debemos comenzar rápidamente el cambio de una sociedad orientada a las cosas a una sociedad orientada a las personas. Cuando las máquinas y las computadoras, los motivos de lucro y los derechos de propiedad se consideran más importantes que las personas, el trillizo gigantesco del racismo, el materialismo extremo y el militarismo será imposible de vencer". Las intenciones de expansión bélica del imperio militar estadounidense ya han dejado en abierta evidencia sus conflictivas intenciones al haberse retirado unilateralmente del Tratado de Misiles Antibalísticos y del INF (misiles nucleares de mediano alcance), que habían sido un sistema de control para la desnuclearización mundial durante la guerra fría. Con acusaciones sin fondo, EUA decidió retirarse de las limitaciones que imponían los tratados y pretende ahora desarrollar armamento sin restricción alguna, al mismo tiempo que promueven la propaganda para alimentar la noción de que existen enemigos geopolíticos que justifican la exigencia a otros miembros de la OTAN para que aumenten sus presupuestos nacionales de defensa y mantener el ambiente de conflicto eterno. Básicamente la política externa de EUA nunca buscará la paz, porque la paz no es lucrativa.
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El consumismo capitalista ha causado una contaminación a nuestro planeta que ya es casi irreversible y que ha empeorado la calidad de vida de todos los seres vivientes del planeta. Estados Unidos es por mucho el mayor contaminante del mundo y el país que menos compromisos para la protección del medio ambiente ha hecho para no ralentizar su avaricia por el dinero y la explotación. El agua ya ni siquiera es potable en varias regiones del país. EUA siempre figura en lo más alto de la lista de países con altos índices de población con cáncer. Son el único país que no está dispuesto a seguir las disposiciones convenidas en los Acuerdos de París solo porque tomar medidas para proteger al medio ambiente implicaría costos adicionales para sus empresas, fábricas y minas. Su Agencia para la Protección del Medio Ambiente sufre con cada administración crecientes recortes presupuestarios y el desarrollo de tecnologías de energía renovable y eficiencia energética son mínimas. El funcionamiento de su sistema económico capitalista exige una interminable producción y explotación en constante aumento que desecha cualquier política ambiental en nombre del dinero. El objetivo es maximizar las ganancias sin considerar los costos sociales o ambientales. El Partido Republicano ni siquiera reconoce el calentamiento global como un problema real.
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El éxodo mundial migratorio ha sido todo causado por las guerras engendradas por los Estados Unidos y sus aliados, además de la destrucción de sus recursos naturales y acuíferos que forzan a poblaciones enteras a buscar refugio del desastre social, económico y ambental que queda a raíz de éstas ocupaciones justificadas con propagandas de desinformación. Estudios demuestran que todos los inmigrantes y refugiados volverían a sus tierras si pudieran vivir allí próspera y dignamente, cosa que políticas externas de EUA les han negado. Para alimentar la percepción de la necesidad de asumir estas constantes guerras y justificar el desproporcionado gasto militar que éstas implican, es necesario promover la propaganda mediática de la existencia de enemigos y antagonismos que conceptúen en la población la percepción de amenaza y miedo que los convenza de renunciar a sus derechos constitucionales ciudadanos y de privacidad en nombre de la seguridad y protección contra el imaginario elemento hostil y terrorista. En su discurso de entrega de poder en 1961, el Ex Presidente Dwight Eisenhower advirtió a oídos sordos: “En los consejos de gobierno, debemos protegernos de la injustificada influencia, solicitada o no, del Complejo Industrial Militar. El potencial para del desastroso surgimiento que sería el poder centralizado en manos equivocadas todavía existe y persistirá. No podemos jamás permitir que el peso de estas composiciones ponga en riesgo nuestras libertades y procesos democráticos. No debemos tomar nada por hecho ya que solo una informada y alerta ciudadanía puede imponer el acoplamiento adecuado de la enorme maquinaria industrial y militar de defensa con nuestros métodos y objetivos pacíficos, para que la seguridad y la libertad puedan prosperar juntas…”.
Desafortunadamente para la historia de la humanidad, la avaricia, expansión imperialista, esclavización, y organización social en función de la guerra, no son conceptos nuevos y la historia nos enseña que todas las civilizaciones tienen un patrón en común de desarrollo y decadencia. Económicamente, las civilizaciones tienen un período de crecimiento y expansión seguido por grandes gastos en infraestructura y poderío militar que eventualmente causan la devaluación de la moneda y la inevitable caída de su sistema de vida. Desde la invención del concepto del dinero para facilitar el intercambio comercial y de servicios se reemplazó el primitivo trueque (que presenta obvios problemas de incomodidad) por las primeras monedas acuñadas en oro y plata alrededor del siglo VII a.C. para ser una unidad de cuenta y depósito de valor. Desde ese entonces y hasta el año 1971, todas las divisas del mundo habían tenido un valor intercambiable por una medida de estos metales preciosos, que son limitados en su existencia y universalmente reconocidos como valiosos. Las monedas fiduciarias que circulan el mundo desde ese entonces, existen bajo un sistema de confianza en su intercambiabilidad por oro o plata y absolutamente todas las monedas fiduciarias que han existido se han extinguido eventualmente por devaluación causada por gasto deficitario que conlleva a la pérdida de confianza de su valor por sus usuarios y la eliminación de las mismas… El dólar estadounidense está al borde de este inescapable destino.
La irresponsable emisión de dólares que ya no están ni remotamente ligados a ningún valor nos está empujando a la víspera de un desplome financiero a escala mundial que la humanidad jamás ha visto. Fort Knox, que almacena de forma oficial desde 1937 gran parte de las reservas de oro de los Estados Unidos y de otros países del mundo que le han confiado su oro, tiene tan restringido el acceso, que solo dos Presidentes de EUA han podido entrar. Abiertamente varios gobiernos han puesto en duda que todavía haya oro allí almacenado y han solicitado, sin respuesta, una revisión de las bóvedas. La última auditoría que se le ha hecho a estas reservas fue en 1956. Ante una deficiencia mundial de reservas de oro que no se han verificado que realmente estén en existencia como contabilizados, escandalosamente han aparecido en circulación varios lingotes que en lugar de ser oro como se suponía, eran en realidad tungsteno (que tiene la misma densidad que el oro) recubiertos en el metal precioso. Otras medidas que se han tomado para reabastecer los inventarios de oro para EUA y Reino Unido han sido las invasiones: Al derrocar a Gaddafi en Libia en 2001, la operación militar se apoderó de 143 toneladas de oro que tenía en sus reservas y de Siria se han extraído 40 toneladas. En enero del 2019 el Banco de Inglaterra le “confiscó” a Venezuela sus reservas en oro valoradas en 1,200 millones de dólares. Hay una creciente evidencia de que en realidad el gasto armamentista y expansionista de EUA (sumado a lo que está en posesión de los bancos y Reserva Federal) ya ha agotado toda su reserva y esto ha causado la emisión de dólares a un ritmo desenfrenado que tiene como objetivo solamente aplazar la inminente catástrofe que se avecina.
La deuda de los Estados Unidos ha crecido 44% desde 2012. Ésta es mayor que la deuda combinada de Francia, Alemania, Italia y el Reino Unido. De los 66 billones (equivalente al 80% del PIB mundial) que suma la deuda global, 22 billones son adeudados por Estados Unidos, o sea un tercio. La masa monetaria de dólares que existía en el mundo era de 0.8 billones en 2008 y para el rescate bancario ese año y subsiguientes efectos de crisis, se ha inyectado en la economía el equivalente de 5 veces esa cantidad. Del 2008 al 2013 aumentó este monto de 0.8 a 4.2 billones. Ha habido 3 rescates en ese período, llamados QE1, QE2, QE3, (Quantitative Easing – Expansión Cuantitativa) que no han sido más que inyecciones de dinero por parte de la Fed para mantener a flote el sistema que está a punto de desplomarse. En el Index S&P 1500, que son las 1500 empresas más grandes de EUA y que representan como el 85% de su producción, ya el 16% se encuentran en un estado tan precario de deudas, que sus ganancias ya no les alcanzan ni para solventar solamente los intereses de sus deudas. Esto solo significa que se avecinan un QE4 y hasta un QE5. Y no están solos: El Banco Central de Japón también multiplicó por 5 la masa monetaria de yenes en esos 5 años y el BCE multiplicó por 3.5 la cantidad de euros en circulación durante el mismo período. Esto explica por qué el 2019 ha empezado con números de desempleo históricamente bajos y con la Bolsa de Valores de Nueva York con una racha de varios días continuos de alza. Esto es solo uno de los varios indicadores que señalan a que estamos en medio de una burbuja que está a punto de explotar.
El desplome total del dólar (y todas las monedas fiduciarias que han confiado su valor a éste), solo se ha evadido por estas tramposas manipulaciones keynesianas que están a punto de destruir el sistema financiero mundial. El mundo está a punto de cambiar y la recesión que ya tenemos encima tardará décadas en reponerse. Se volverá irremediablemente necesario revertir nuestras monedas y dinero al valor oro y plata porque los billetes fiduciarios a los que colectivamente la humanidad ha perdido de vista en su concepto real, perderán por completo su valor y confianza.
Afortunadamente, este desplome del sistema financiero presenta a la humanidad con una oportunidad histórica de remediar los errores cometidos. El sistema bancario mundial ha servido para el beneficio de unos pocos que representan la avaricia máxima de nuestro ser y han causado directamente casi todos los males de los que sufre la humanidad y el planeta entero. Nombres y organizaciones que han sacado ventaja de este control que ha sometido a la humanidad a las guerras, esclavitud y pobreza, han igualmente destruido nuestro desarrollo político-social y saboteado nuestro progreso y crecimiento conjunto; aparecen constantemente como una siniestra fuerza obscura que actúa en función de sus intereses de lucro y de control, y en detrimento de la libertad, fraternidad e igualdad por la que hemos infructuosamente luchado durante toda la historia: Goldman Sachs, Meryll Lynch, Deustche Bank, JP Morgan Chase, UBS, Blackstone, Enron, BCE, FMI, BM, Rothschild, United Fruit Company, Rockefeller, Rio Tinto, De Beers, BHP Billington, Glencore, British Petrolium, Chevron, Shell, Exxon, Texaco, Monsanto, Bayer, DuPont, Nestlé, Pepsico, Unilever, General Mills, Coca Cola, Procter&Gamble, GAP, Syngenta, Lehman Brothers, Weinstein, BlackRock, Bank of England, Carlyle Group, Equifax, Kraft, Pfizer, Phillips, British American Tobacco, Philip Morris, Novartis, Bloomberg L.P., Merck, GlaxoSmithKline, BASF, Kel-Tec, HSBC, Sturm, Rugger&Co, Kirkland&Ellis, Baker McKenzie, Mossack Fonseca… la lista es demasiado larga para completar, pero ilustra el amplio espectro que cubre para contaminar todo nuestro consumo: farmacéuticas, alimentos, energía, seguros, jurisprudencia y tecnología. Estas transnacionales globalistas, han logrado con mucho éxito unificar su dominio global para centralizar el poder en un pequeño número decreciente de mega-empresas mundiales que puedan controlar y dominar cada aspecto de la vida de todos los habitantes del planeta y cualquiera que revisa la lista de éste párrafo puede percibir el factor común siniestro que esos nombres comparten.
De este entendimiento surge el esfuerzo popular mundial por desligarnos de las estructuras globalistas que se han estado desarrollando en las últimas décadas y ejemplos como el desmembramiento de la Unión Europea, la retórica contra el Euro (entre 2006 y 2015, la economía de los países europeos fuera de la zona euro creció un 8,1%, mientras que la de los Estados miembros de esta unión monetaria solo creció un 0,6%) y el resurgimiento de los movimientos separatistas en Catalunya e Irlanda del Norte. El movimiento de la próxima década será la descentralización de los centros de poder, bancarios, políticos y gubernamentales. El modelo globalista que se ha estado siguiendo puede ya considerarse como un experimento fallido que es necesario limitar para frenar esta universalización de sus efectos negativos que son la raíz del descontento mundial que nos envuelve.
El estancamiento de ideas que sufre la humanidad en general, sumado a la falta de nuevos conceptos que aporten a nuestras ideas filosóficas y de carácter organizacional algo nuevo es solamente exceptuado por la tecnología. Organizamos nuestros esquemas políticos con conceptos de la Antigua Grecia y la jurisprudencia con los del Imperio Romano. En 1969 el hombre llegó a la luna y a continuación no ha llegado más lejos que eso, los vuelos en viajes comerciales se demoran casi lo mismo que en aquel entonces, hay rincones oceánicos donde no se ha podido llegar jamás, lo que ilustra nuestro estancamiento en transporte. La NASA asegura que si hubiesen contado todos estos años con el presupuesto del Ministerio de Defensa, ya habríamos llegado a Júpiter. Seguimos sin descifrar el enigma del cáncer. Desde el comienzo de la era atómica hace más de 70 años, solo hemos tenido una invención de importancia revolucionaria mundial: Internet. He allí el único plano donde hemos avanzado en algo: la tecnología.
Con el inminente desplome del sistema monetario mundial, nos encontramos en una encrucijada histórica y el camino que elija la humanidad ahora podría tener a futuro un impacto sobre nuestra libertad y prosperidad incomparable a cualquier momento de la historia. En la década pasada (y a raíz de la crisis inmobiliaria del 2008) el nefasto efecto del manejo de las finanzas por el sistema bancario quedó en evidencia e inspiró un concepto tecnológico que puede cambiar el curso de la historia de la humanidad y entrelazarnos para siempre. Esta tecnología es tan poderosa, que si se logra capturar y controlar por unos pocos (como ha sucedido a través de la historia) podría sentenciar a toda la humanidad a una esclavitud mayor a la que jamás se ha visto, pero si al contrario se le permite permanecer libre y prosperar, podría fomentar niveles de paz y prosperidad hasta ahora casi inimaginables para toda la humanidad. Tiene el poder de reemplazar prácticamente todos los sistemas financieros globales y de valores, incluso realizar tareas de gobierno y comercio. No tiene su propia agenda y es justa e imparcial. No puede ser manipulada, subvertida, corrompida ni engañada. Más importante que nada, invierte las estructuras de poder y pone en las manos de cada individuo el control de su destino. En el futuro, cuando se revisen los grandes logros del ser humano en su desarrollo por la historia, figurará con la invención de la rueda, la domesticación de animales, el aprovechamiento de la electricidad, la división del átomo y las revoluciones agricultural, política, industrial e informática. Estará de la mano con la invención de los computadores y el internet como la aplicación más importante que surja de éstos, que juntos marcarán un antes y un después en nuestro progreso. Se le llama Distributive Ledger Technology (DLT) Tecnología de Contabilidad Distribuida.
Lo innovador del DLT es que formula un consenso de datos digitales replicados, compartidos y sincronizados, geográficamente distribuidos en múltiples sitios, países o instituciones. No hay administrador central o almacenamiento de datos centralizado. Se requiere una red de igual a igual, así como algoritmos de consenso para garantizar que se lleve a cabo la replicación en todos los nodos (centros de recopilación de información, o sea computadoras/dispositivos). En otras palabras, es como que todos tuviéramos acceso a toda la información de todos en una plataforma abierta y transparente que revolucionaría nuestra interactividad aumentando la confianza, seguridad y trazabilidad de toda acción. Es como formalizar el sistema de confianza del que dependemos para convivir, pero que hasta ahora requiere de mecanismos de verificación. Es una innovación tecnológica que está transformando la seguridad alimentaria, la transparencia de fondos, la validación de identidad, la procedencia, el seguimiento de la migración… Todavía estamos conceptuando los alcances que esto puede llegar a tener. Por ejemplo, para las organizaciones benéficas, esto puede aumentar la transparencia de la recaudación de fondos, acelerar la verificación de los trabajadores humanitarios y donantes podrían responsabilizar a las organizaciones benéficas por el impacto de su trabajo. Para la comunidad académica, las calificaciones, logros y créditos significan validación y evaluación que son confiables en todo el mundo y de manera inmediata, incluyendo un CV, publicaciones o trayectoria laboral. Para las industrias creativas, representa la procedencia en el comercio y una nueva forma de auditar las regalías en la industria de la música, garantizando la transparencia a través de estas cadenas de suministro. Además, los DLT están reescribiendo las nociones convencionales de transacciones comerciales, creando nuevas oportunidades para la creación y captura de valor. Los intercambios en una bolsa de valores, se llevarían a cabo en tiempo real, sin corredores, brokers o especuladores. Fiscalmente, se puede trazar cada centavo que se le paga al gobierno como impuesto y destinarlo a las causas que cada ciudadano considere prioritarias como gasto público y así transparentemente gobernarnos nosotros mismos en conjunto. En una taza de café, se podría saber la procedencia de los granos para conocer cada paso de la cadena de valor, asignando un pago justo para sus productores con la posibilidad de verificar los beneficios que éste y su comunidad perciben como esquema de fair trade, al igual que las buenas prácticas ambientalistas de producción y un precio justo para el consumidor y todos los intermediarios.
Hasta ahora, la tecnología ha sido principalmente utilizada para blockchain o hashgraph (que son algunas de las modalidades que funcionan dentro de la tecnología) para el funcionamiento de las criptomonedas. Ya hemos vivido bajo un esquema de monedas electrónicas por algún tiempo, ya que más del 95% del dinero contabilizado en cuentas bancarias existe solo electrónicamente. Se pueden ya hacer pagos con el celular. Hay países donde las monedas ya ni existen. Los billetes están a una generación de desaparecer por completo…La diferencia de esta nueva opción tecnológica está en dos puntos principales: En primer lugar, es distribuida en acuerdo común y registrada en un libro contable mayor que se logra por consenso de la red de usuarios en lugar de tener que confiar en un intermediario externo (como entidades financieras o bancarias); En segundo lugar, los usuarios pueden "depositar" en los activos digitales de la contabilidad (blockchain), cuyo registro se vuelve inmutable, transparente, auditable e intocable por terceras personas, pero resistente a la censura y la manipulación debido a las bases criptográficas y distribuidas de la tecnología en todas las computadoras de todos los usuarios, por lo que el control de toda transacción es común y de dominio público. La apertura de DLT desbloquea el potencial de nuevos modelos económicos basados en información más completa; en otras palabras, tiene el potencial de contribuir a la idea de una "economía compartida" como alternativa a la "economía de intercambio". Este tipo de recursos comunes de colaboración han sido habilitados a nivel local por internet, pero DLT ofrece la oportunidad a escala universal. DLT ofrece el potencial para la primera tecnología de economía digital verdaderamente dual; es decir, a través de características como los contratos inteligentes (que permiten que se realicen transacciones y acuerdos confiables entre partes dispares y anónimas sin la necesidad de una autoridad central, sistema legal o mecanismo externo de cumplimiento. Hacen transacciones trazables, transparentes e irreversibles), una tecnología digital que puede permitir que la economía funcione de formas totalmente nuevas. Tiene el potencial de redefinir cómo organizamos nuestro sistema económico, lo que incluso puede redefinir la noción de una empresa en sí misma.
Esta es la parte que ilumina una luz de esperanza para cambiar el mundo. La posibilidad de poder arrebatar el control del sistema monetario a los bancos y sus intereses, es una oportunidad que jamás se ha tenido y estamos a punto de empezar la batalla más importante de nuestra generación y probablemente del siglo XXI. La tecnología es gratis y al alcance de todos para que juntos construyamos un nuevo mundo que se tornará para mucho mejor o para mucho peor para todos. No habrá término medio. Las fuerzas de poder no renunciarán a su dominio sin una dura lucha. La Fed ya está viendo como producir su propia criptomoneda: FedCoins, pero con control, en contra de todo su propósito y bajo el mismo modelo de estafa al que estamos acostumbrados. En la reciente reunión de la G20, especial énfasis se dedicó a discusiones para regularizar y vislumbrar algún sistema de control sobre las mismas. China está considerando parámetros para controlar a su población por medio de su propia versión de criptomonedas, donde el ciudadano tendría una calificación por “buen comportamiento” que le permita beneficios por no salirse de la línea… La carrera acaba de empezar y creciendo en competidores de una manera exponencial y todos ofrecerán opciones con distintas opciones de DLT, regularizaciones e intentos por controlarlas. Llegó la hora de actuar para todos y tomar una participación activa en la revolución monetaria que se avecina porque esta vez no podemos dócilmente entregar el poder a una élite que se aproveche, no nos podemos dar el lujo de permitir que la ignorancia decida nuestra suerte. Llegó el momento de defender nuestro terreno y no dar un paso más atrás… La coincidencia histórica nos entrega esta coyuntura para revertir la equivocada dirección que llevábamos, cambiar el rumbo y será la que trace el destino de la humanidad, La supervivencia de nuestra especie y el planeta que habitamos depende de la guerra monetaria que se está ya librando.
“Nadie está más desesperanzadamente esclavizado como aquel que cree falsamente que es libre.” Johann Wolfgang Von Goethe